GLEE: The 3D Concert Movie
Glee: La película del concierto en 3D
Nunca he sido fan from hell de algo. Digo, tengo una ocasional obsesión con Harry Potter (ver por acá) y ciertamente tengo mis Guilty Pleasures (placeres culpables) con algunas series las cuales aprecio por su entusiasmo (ver Kdabra) o por su manera natural de llevar la farsa, por ejemplo, Glee. Como escribía en los post de la serie (ver por acá) los guionistas manejaban, en la primera temporada, un tipo de burla del estilo de vida banal y sin sentido que llevan los estadounidenses, con unos ocasionales números musicales.
A pesar de ser covers, la música no era gratuita ni aleatoria; tenía un propósito, un contexto argumental y cierta originalidad; bueno, sabían escogerla. Los guionistas, asombrados del éxito internacional, no supieron que hacer con tanta fama y asi nació la segunda temporada. Un poco más de lo mismo pero con más números musicales (ahora sin contexto, na más porque si) y con una historia que cae un poco en lo irracional (personajes se aman y se odian sin razón alguna). Mientras, el departamento de mercadotecnia hacía su trabajo: explotar hasta la última gota el fenómeno Glee.
Lo acepto, ocasionalmente me podían encontrar cantando o bailando algunas canciones de Glee. Es más, algunas me agradan más que las originales para la desgracia de todos los que me rodean. No tengo los discos porque lo que me agrada es la escena completa, es decir, esta canción es porque tal personaje esta peleando con este otro por tal cosa. Hasta pensé en asistir al concierto (disfrazada para que nadie me reconociera). Gracias a Dios, salió la película antes.
Glee en 3D es, en primer instancia, un retrato del fanatismo sin restricciones que poseen ciertos individuos marginados sociales sobre los personajes. Ahora, si esto fuera un documental sería un tremendo análisis de la cultura pop estadounidense. Como si alguien hubiera grabado a los fans de Rebelde en México utilizando el elemento burla y crítica que la serie utilizó en la primer temporada; obviamente no fue así.
Intercalando el concierto con entrevistas a fans y tres "ejemplos de vida" el director Kevin Tancharoen (conocido por su horrible remake de Fama) retrata un testimonio de fe, un libro de autoayuda, un horóscopo de vida y una guía para la existencia. Chicos y chicas sin vida social, problemas psicológicos o con diferencias genéticas encuentran la "verdad de la vida" a través de Glee. Se inspiran para tener deseos de volver a vivir y salir a la sociedad como verdaderamente son: patéticos. Ya, lo dije.
Lo siento pero no podía dejar de pensar: "¡Que demonios! ¡Nadie se enteró que la serie es una broma! ¡Un chiste bien contado! ¡Una crítica a todos ustedes y a su sistema de mediocridad!" No sé, tal vez fue mi impresión de la serie, pero siempre pensé eso. Ahora me llegan todos estos adolescentes y me dicen que les cambió la vida. Bah.
Lo más triste fue ver a los "actores" interpretarse a si mismos en el backstage. No son rockstars porque su vida privada no esta expuesta, pero tampoco son actores porque sus personajes son rockstars. Entonces ¿qué son?. ¿Un pobre reflejo de si mismos oculto detrás de la historia de su personaje? ¿Qué adoran los fans, al actor o al personaje?
Estas y muchas preguntas más pasaban por mi cabeza mientras veía el 3 (que gasten dinero extra los fans) D gratuito pero bien realizado; la pobre y aburrida escenografía del concierto con canciones regulares y la vida de los "iluminados" por el fenómeno Glee. Perdón, pero si ser gleek significa ser tan patético, yo no quiero ser parte de ello. Aún con mi Pottermore/FarmVille para geeks, todavía tengo algo de dignidad, creo.
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