5.1.11

CARTELERA COMERCIAL (31 de Diciembre al 6 de Enero) BAARIA

BAARIA
2009

Del famoso cineasta Giuseppe Tornatore, creador de la melodramática e indispensable Cinema Paradiso (1988) y de la, por momentos perturbadora, La Desconocida (2006) nos llega un relato supuestamente autobiografíco, a partir de tres generaciones; la historia de tres vidas, sus relación con el destino y el mundo.

Como siempre nos enfrentamos a un filme dedicado a la vida y al cine, cosa que todo cineasta debería hacer en cuanto a esencia. Una película que representa la vida como melodrama sin fin donde las personas se trasforman y los momentos cotidianos marcan nuestro contexto social e histórico. Un relato que transforma las vidas que toca y que comparte la únión entre el trabajo, la política y la fantasía.

Perdón si suena como una metáfora sin sentido pero, en cierta forma, asi es la película y los sucesos de la vida cotidiana. Día a día nos valemos de nuestras experiencias, carácter y personalidad para sobresalir o escondernos. Nuestros miedos son expuestos en las más mínimas expresiones y, puede ser, que sólo nosotros seamos capaces de notarlo. Todo el año salimos a "ganarnos la vida", a soñar despiertos, a correr hacia algo.

Más allá de todos los pensamientos y dilemas existenciales que la película les pueda generar, ésta es una historia de cambio y evolución con unas tomas y escenas de gran belleza. Sin olvidar una micro aparición de Monica Bellucci, recordando un poco a Malèna (2000) del mismo director.. Si algo sabe hacer Tornatore es mostrar la cotidianidad de una manera tan espléndida y poética. Dos escenas q lo muestran: cuando la familia se refresca en el suelo y cuando el padre se encuentra con el hijo mientras el presente y el futuro se combinan.

Hay que remarcar, a parte de la fotografía con esos colores tan cálidos, es la edición. El paso del tiempo y la forma en que convergen las historias esta muy bien realizado. Mi única objeción es que se puede volver bastante larga con las poco más de dos horas de duración, el tedio puede llegar al espectador facilmente. Pero, si son un poco pacientes y observadores, podrán ver algunas sutilezas metafóricas que quizás les recuerden a ustedes mismos y sus sueños. Una obra que, si se sienten muy melodramáticos, deben ir a ver.

Tengo que decirlo: la secuencia de créditos finales es perfectos para pensar lo que vieron. Y la música de Ennio Morricone es simplemente hermosa.

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