14.9.10

SERIES True Blood

TRUE BLOOD


Hace unos años resurgió un fenómeno que muchos daban por muerto; despertó de las profundidades y en la noche, como es su costumbre, comenzó a atacar. En cine todo empezó, hablando comercialmente, con estrenos como Blade, la excelente Underworld y radical Night Watch: Nochnoi Dozor; en televisión pudimos observar "Buffy the Vampire Slayer"; y en libros nos sumergimos al maravilloso universo de Anne Rice, (Por acá reseñas de Crónicas Vampíricas). Sin embargo no fueron estos excelentes ejemplos lo que detonó la cacería.

En una época donde las hormonas e historias adolescentes mandan, llegó una autora que echaría todo a perder: Stephen Meyer con su tetralogía Twilight marcaría una nueva época para los vampiros. De este fenómeno surgirían miles de fans entre los 14 hasta los 30 años de edad que soñarían con el vampiro perfecto que las alejara de su vida aburrida para sumergirlas en un mundo de fantasía y romance. Los siguientes años el producto sería explotado mercadotecnicamente para dejarlo seco lo cual a la fecha, todavía no sucede.

A pesar de muchos, demasiados, malos productos entre ellos libros, series y películas, hay algunas cosas que pueden rescatarse o que funcionan como una protesta hacia esos vampiros emos que brillan en la luz del sol. En televisión, sólo HBO podía hacer la serie que sería un descanso y daría esperanza a todos los fans del género.

Es cierto, True Blood es una historia de amor entre un vampiro y una "humana" sin embargo esta no es una historia que entra en los convencionalismos virginales y castos de la mencionada saga twilightera. En la primer temporada nos presentan un mundo donde los vampiros "salen del closet", mostrandose al mundo humano. Su argumento: ya no necesitan sangre humana, un alimento sintético llamado True Blood los proveerá de todo el alimento que quieran tener. La opinión del mundo es dividida, unos quieres matarlos, otros amarlos y otros convertirse en ellos.

Para comenzar, los créditos iniciales son increíbles. Describen a la perfección la esencia de la parte sur de Estados Unidos: sus creencias religiosas y costumbres cautas pero al mismo tiempo tienen su lado masoquista, sexual y propensión hacia la locura. Con estas actitudes contradictorias la historia avanza en un ambiente de racista. Todos los personajes son únicos y tienen personalidades muy definidas. Algunos los odias y a otros los amas, supongo que depende de tu nivel de tolerancia hacia lo raro o exasperante. La fotografía es muy clara y utiliza perfectamente los contrastes; después de todo, la mayoría de la serie ocurre en la obscuridad. Esta conserva su tono sobrio y cuidado durante la serie temporadas.

La segunda temporada será un caos argumental y narrativo. Los vampiros serán puestos a un lado para desarrollar otras historias de seres sobrenaturales como diosas griegas y shapeshifters o fanáticos religiosos. Si bien la protagonista, una excelente y madura Anna Paquin, nunca pierde de vista a su amor Bill, la atención se centra en su pueblo natal y su hermano. Al final, la historia cae mucho por todas las vueltas de tuerca y la inestable conducta de los protagonistas.

Sin muchas esperanzas comencé la tercera temporada de True Blood. Para mi grata sorpresa dejaron a los personajes secundarios sobrenaturales y se centraron en las historias de sus personajes principales desarrollando sus personalidades y traumas. Después de superar su lío con la diosa, Bill le propone matrimonio a Sookie. Ésta después de pensarlo un momento en el baño acepta, cuando sale se da cuenta de que Bill ha sido secuestrado.

Esta temporada se retoman, muy bien, temas como hombres lobo, brujos y hadas. Al contrario de la anterior estos seres sólo son un elemento de apoyo al contar la historia de amor/desamor de Sookie. El ritmo narrativo de todos los episodios fue impecable; justo cuando comenzaba a caer un movimiento inesperado nos dejaba en shock por la sorpresa y el disgusto de saber que el capítulo había terminado. La sangre y el sexo fue más y mejor realizado causando repulsión/gusto (depende de cada uno) por tomas como sexo vampírico rompiendo huesos y volteando cabezas, hombre lobo tomando sangre de un vampiro, muchas estacas en el corazón, personas de blanco bailando alrededor de una fuente de luz, un anciano vampiro vuelto loco con los restos de su amado en una vasija de vidrio, etc.

Lo que más disfrute fue las actuaciones de Lafayette y Jesus como la pareja gay más hermosa que he visto; la relación odio/amor por una, a veces, sobreactuada Tara; el compadecimiento por el hermano noble pero estúpido Jason; y todos los personajes secundarios como los amantes Talbot y Russell, la familia perdida de Sam, la historia de amor de Jessica y Hoyt; hasta te puede gustar la historia de las hadas.

Algunos defectos de la serie muchas veces son parte de sus virtudes. Tantas historias pueden crear un caos en la mente del espectador. A veces, los personajes toman decisiones muy apresuradas o sin reflexionar, aludiendo a una mala actuación o guión. Algunos actores provocan en el espectador, sobretodo Tara, un conflicto interno: literalmente no sabes si llorar o reír. El final de temporada no fue tan definitivo y terminó como cualquier capítulo. Ningún conflicto se resolvió y el destino de los personajes es más incierto que nunca.


... Actualizado:


Terminando la cuarta temporada sólo puedo pensar en lo monótona que se ha vuelto la serie. Si, las escenas, fotografía y hasta el guión rebuscado están en excelente forma. Sin embrago, ¿Hasta que punto pueden rellenar con personajes sobrenaturales que no tienen ni pies ni cabeza? Las relaciones se complican y, con un final de temporada que raya en la desesperación de renovarse, no sé hacia donde se dirige la serie. Sólo se que como espectador regresaré y seguiré viendo una de las propuestas más extravagantes y alucinantes de la televisión actual. Porque en eso se ha convertido su propuesta y yo la acepto perfectamente, aunque poco a poco con menos gusto.


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Esto es True Blood, una historia de amor entre humanos y vampiros pero teniendo en cuenta una regla simple: los vampiros toman sangre humana, lo disfrutan tanto como el sexo o matar, tienen ambiciones y jerarquías de poder; no son mejores que nadie y, muchas veces, nada buenos. Esta serie no es para cualquiera. Tienes que ser una persona bastante abierta y tolerante, aquí vas a ver fetichismos, fantasías, locuras y realidades que no son mostrados al aire libre pero que existen en la sociedad. True Blood es para quien ama la verdadera sensualidad de los vampiros: la atracción de la muerte y la vida eterna en sangre.  

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