En la actualidad nuestra concepción de la infancia es muy diferente a la que, hace muchas décadas, se tenía. Sin embargo siempre se ha pensado de los niños y niñas como criaturas de pureza e inocencia. Seres que no han sido tocados por la corrupción y maldad de la mente adulta; personas que representan un pizarrón blanco donde el adulto puede ir escribiendo y moldeando la personalidad.
Muchas personas se han preguntado que pasaría si dejamos a estos pequeños, de edad inocente, en libertad. ¿En su ingenuidad crearían una sociedad pura o simplemente la crueldad surgiría de ellos confirmando la verdadera naturaleza humana? ¿A qué edad la idea de jerarquía, poder y locura ya es comprendida y analizada por sus cabezas? En mi opinión la capacidad de razonamiento infantil es subestimada por los adultos; ellos comprenden lo que sucede a su alrededor rápida y ágilmente.
No por nada el escritor William Golding y el director Peter Brook nos presentan, desde un comienzo, jerarquías de poder. Están los niños del coro y los demás. El niño sensato y prudente es el típico perdedor; los dos líderes muestran cualidades como la prudencia y la insensatez; los demás son rebaño. Muy pronto se darán cuenta, dependiendo de su educación y conciencia, como administrar el poder y lo que éste puede ocasionar.
Conforme avanza el filme podemos notar que la tendencia de la naturaleza humana es hacia el caos y el desorden. ¿Quién no quiere divertirse todo el tiempo y comer sin limitaciones y reglas? El salvajismo en su máxima expresión. Muchos dirán para entender la cinta una excusa perfecta: son niños, no adultos. Sin embargo, ¿no estamos jugando a lo mismo con un mayor número de personas y destinos? Siempre tendremos nuestros monstruos (la muerte en la cinta) y nuestros sueños (el rescate) que serán ayudados o impedidos por el prójimo. ¿Será posible que la inocencia infantil no se transforme en aquellos seres que “por miedo” y no por excitación de un grupo de personas matan al único ser puro? ¿Será posible que la prudencia y la justicia sea aplastada por una piedra?
Al final, en el libro y un poco menos dramático en la película, el marinero le pregunta a nuestro personaje principal si se encontraba jugando, él se rompe a llorar. ¿Cuando dejaremos de jugar con la vida de los demás resguardando nuestro salvajismo interno? Probablemente me desvié un poco del tema de la infancia pero, finalmente, de eso trata: de aprender, absorber y asimilar los conocimientos del mundo adulto mientras interpretan “inocentemente” un juego de poder.
1 comentario:
Esta peli tiene más puntos a reflexionar, pero la de los 90s para mí es mucho más cruda y creo que me gusta un poco más que esta.
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